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    Remedios Varo y su Cuaderno de Dibujo

    Remedios Varo y su Cuaderno de Dibujo

     

    En un cuaderno de dibujo de cuando tenía catorce años demuestra que tenía asimismo una precoz facilidad para captar los parecidos. Estos tempranos dibujos, hechos de Mayo a Septiembre de 1923, atestiguan una sorprendente delicadeza de trazado, una gran presición de modelado y una delicada sensibilidad. En las paginas del cuaderno figuran tres retratos a lapíz de su abuela paterna que vivía con ellos en Madrid. En uno (1) encontramos a la joven expresando con perspicacia la inclinación de la cabeza de la anciana que está concentrada en su labor; en otro (2), la caida de su labio inferior mientras dormita. En el tercero (3) Remedios dibuja amorosamente la cara seria de la abuela, con la nariz de caballete alto, los ojos inteligentes y el cabello bien peinado hacia arriba, mostrándonos a una mujer gruesa, bondadosa pero severa, que mantuvo su aspecto fuerte y vigoroso hasta sus ultimos años.

    (1) Cat.4 Retrato De La Abuela-1923

    (2)Cat.5 La Abuela De Remedios Varo 1923

    (3)Cat.2 Retrato de La Abuela 1923

    También es de esa época un retrato sin fecha de la madre de Varo (4), una mujer más joven, con un peinado parecido y semblante serio, cuyas facciones más juveniles se ven realzadas con el adorno de unos pequeños pendientes. Dibujado de una manera más suave, con trazos más armoniosos, resulta un retrato amable y cuidadosmante observado, que da una idea del afecto que existía entre madre e hija. Hay también un dibujo encantador de un conejillo (5), cogido en actitud de alerta, de ojos brillantes y nariz respingona, realizado el mismo año, que anticipa la afición a los animales que Remedios iba a tener durante toda su vida.

    Pero lo más sorprendente de esta serie es el autorretrato de Remedios (6), fechado el 16 de Mayo de 1923. En él ha captado los rasgos de su propia personalidad. Se ha respresentado francamente como una joven guapa, de ojos claros y un perfilmuy marcado (parecido al de su madre), cuyo espeso cabello rizado apenas se puede dominar para trenzarlo. Una expresión de ávida inteligencia testifica su interés por las cosas del mundo, una avidez subrayada por la rúbrica, llena de confianza en sí misma, con que firma y fecha su obra. Para probar diferentes tipos de firma, la de cada trabajo del cuaderno es diferente, pero todas revelan la enérgic escritura de una joven adolescente anticipando con confianza una triunfante carrera artística.

     

    (4)Cat.1  Ignacia De Varo 1923

    (5)Cat.6 El Conejo Pezunita 1923

    (6)Cat.3 Autorretrato 6 de Mayo 1923

    Era una confianza que su familia llegaría a estimular impresionada por su facilidad en el manejo del oleo, como demuestra otro retrato de su abuela (7).

    En una actitud más ceremoniosa, que en los dibujos anteriores, este retrato capta el rápido envejecimiento de su muy querida abuela, un personaje de capital importancia en su vida. Solamente tres años despues de los dibujos, el rostro ha perdido su tesura, los párpados caen pesadamente, los carrillos se han aflojado -cambios todos ellos que que Remedios plasmó cuidadosamente. Pero los ojos afectuosos y bondadosos, y el rostro serio pero compasivo, son los mismos, y están reproducidos con amorosa atención. Semejante talento se merecía una formación adecuada: «A los doce años pinté mi primer cuadro, el de mi abuelita (que se ha perdido), y encontré una actitud comprensiva por parte de mi padre; me llevó a la Escuela de Artes y Oficios, más tarde pasé a la Escuela de Bellas Artes del mismo Madrid.».

    (7)Cat.10 Retrato de la Abuela  Josefa Zejalvo 1926